¿Qué sucede cuando estamos a dieta?
En el tratamiento de la obesidad, se cual sea el método que decidimos, para perder peso, cirugía o dieta, existen modificaciones en el peso no esperadas únicamente por la medida de la terapia escogida. Uno de los factores que afectan al peso puede ser un cambio en el gasto energético. EatWell&LiveLong.
Hoy hablaremos exclusivamente del método que debe ser iniciado ante cualquier problema de nutrición, la dieta, como sabrás si eres uno de mis lectores frecuentes, que la palabra dieta no la suelo usar mucho, sin embargo me refiero a un régimen alimenticio, ya que la palabra dieta, ha sido tan mal empleada, que con el simple hecho de escucharla sufrimos, como con “Scar” (El rey león).
En pacientes sometidos a una dieta de bajo contenido calórico como suelen ser la mayoría para la pedida de peso, se observan tres fases: en las primeras semanas existe una respuesta importante al tratamiento con una rápida perdida de peso.
Después comienza una fase de perdida de peso mas lenta donde se observa un pico de descenso a las 26-52 semanas, y la ultima fase, tercera, un periodo de mantenimiento con recuperación de peso más o menos en función de la adherencia a la dieta, aunque persiste incluso en pacientes con ajuste estricto de las calorías.
Esta situación en el tratamiento de la obesidad se debe, en primer lugar a una perdida progresiva de adherencia a la dieta, pero muchas veces puede ser por las diferencias en las modificaciones del gasto energético, es decir lo que consumimos con nuestras actividades regulares.
Hay dos hipótesis de esta situación, la primera que existe un aumento en la fracción de energía absorbida, después de analizar al paciente y decidir cuanta energía consumirá (dieta) y de analiza la perdida de energía, existe un aumento de la fracción de la energía absorbida, por lo que se supone un aumento del aprovechamiento del alimento y por tanto una perdida menor de lo esperado en peso. Estas modificaciones en el metabolismo producen que el balance se pierda y se vaya consumiendo con el tiempo.
La segunda hipótesis y que llega a sonar un poco más razonable, la adaptación metabólica, con la que se cree que el organismo se adapta después de un cierto tiempo, a la restricción de calorías y “aprende” a vivir y seguir ahorrando las calorías aunque ya no sean extras, como cuando no se llevaba un régimen alimenticio con calorías limitadas.
Muchos estudios se han analizado con estos problemas, se observa que las hipótesis relacionadas con el gasto energético pueden tener un efecto en el estancamiento del peso a largo plazo, pero la mayor influencia a este nivel es la perdida del apego a la dieta con la que se inicia el tratamiento.
Conocer el metabolismo energético en el paciente obeso es muy importante y requiere una detección de las alteraciones típicas de la obesidad, dislipidemias, hipertensión arterial, etc. Y una adecuada medición del mismo para estimar un ajuste en las calorías, y así solucionar la situación patología de una manera saludable, ya que la respuesta no siempre va a ser, seguir disminuyendo las calorías que le llegan al organismo, como sucede en muchas dietas restrictivas, y además algunos regímenes donde, exigen un ejercicio físico, inaceptable para las condiciones energéticas del organismo.
Entonces ya sabemos que es lo que pasa y por que nos pasa, de manera personal en la que trato a mis pacientes, es evaluar a corto mediano y largo plazo el régimen alimenticio, sin dejar a lado los hábitos saludables, de esta manera, encontraremos disminuido el “estancamiento” en el peso del paciente y se logrará un mayor apego a la dieta.
